El estrés es algo que nos afecta cada día, ya que es la manera que tiene tanto el cuerpo como el cerebro para responder a todo tipo de estímulos como por ejemplo, cambios en nuestra vida cotidiana o acontecimientos traumáticos.
El estrés afecta a todo el mundo en mayor o menor medida y casi siempre tiene incidencia en nuestra salud, por lo que es muy importante prestar atención a la manera de enfrentarse a los diferentes acontecimientos para saber si es necesario buscar ayuda.
Seguro que en más de una ocasión te has sentido estresado, aunque puede que no lo hayas notado. Desde la típica mosca que no para de revolotear a nuestro alrededor, hasta ese atasco de tráfico en el que te pasas más de dos horas para avanzar 100 metros. Hay quien lo supera con facilidad, pero hay otros a los que les cuesta mucho más.
El caso de estrés más habitual es el de la rutina diaria por causas laborales, escolares, familiares o de cualquier otra índole, también llamado “ESTRÉS AGUDO”. Los cambios negativos repentinos como la pérdida del trabajo, un suspenso en clase, un divorcio o la muerte de un ser querido pueden ser causa de estrés grave.
Este tipo de estrés se suele experimentar en casos como accidentes graves, catástrofes naturales, explosiones, asaltos o atracos en los que el PELIGRO de resultar heridos o incluso muertos es más que evidente. En este caso, una persona puede mostrar síntomas emocionales y físicos angustiosos durante un tiempo, pero la mayoría se recupera de forma natural con el paso del tiempo.
No todo estrés es malo, ya que también te mantiene alerta y en situaciones de peligro. En ese momento la respiración y el pulso se pueden acelerar, el cuerpo se pone en tensión y el cerebro consume más oxígeno del habitual y la actividad aumenta. Es una respuesta natural al estrés.
Estrés Cronico o estrés a largo plazo sí que puede ser muy perjudicial para la salud. A diferencia del estrés agudo, la fuente es más constante y el cuerpo no recibe señales claras para funcionar normalmente. En este caso, las mismas reacciones corporales que pueden salvar una vida, son capaces de alterar los sistemas inmunológico, digestivo o cardiovascular. Habitualmente las personas con estrés crónico experimentan trastornos digestivos, dolores de cabeza, insomnio, además de sentir tristeza, enojarse o mostrarse irritados. Con el tiempo, el estrés puede provocar problemas de salud bastante graves como enfermedades cardiacas, hipertensión e incluso diabetes y trastornos mentales como depresión o ansiedad.
El estrés se puede combatir de varias maneras y reducir así los riesgos adversos para la salud. Siempre hay que observar las señales como se responde al estrés como el insomnio, aumento del consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias, sentirse deprimido o tener poca energía además de irritarse con facilidad por cosas sin importancia.
Hacer ejercicio es una de las mejores formas de relajarse además de contribuir a un buen estado de forma y de salud. Y si además puede hacer alguna actividad con amigos o familiares, siempre será más fácil relajarse. Es necesario recordar que la familia y los amigos están para algo, por lo que es bueno mantenerse conectado con otras personas.
El estrés puede ser muy abrumante y es un problema de salud muy grave. Si nota que el estrés le está sobrepasando lo ideal es contactar con su médico, el cual le asistirá, y le informará de todo lo relacionado con el estrés, remitiendo su caso a un especialista en este tipo de enfermedades.
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