Los Cólicos
Un cólico es una molestia en la zona de los intestinos que puede resultar molesta, provocando retorcijones, sudoración y estando acompañada, en ocasiones, por evacuaciones de vientre y vómitos.
Los cólicos intestinales se producen por la contracción del músculo liso visceral. Dicho movimiento muscular puede deberse a una infección o a la presencia de un obstáculo que impide el tránsito normal de los contenidos de la víscera. Muchas veces los cólicos desaparecen con la evacuación, aunque también es posible recurrir a fármacos que minimizan los espasmos dolorosos.
La Clínica Universidad de Navarra (CUN) define este síndrome como «un dolor agudo de tipo espasmódico en la zona intestinal, como consecuencia de contracciones de la musculatura del intestino». Aunque puede llegar a ser muy doloroso, es algo bastante común: en resumen, se trata de una acumulación de gases en los intestinos que provoca un dolor muy punzante en la zona del abdomen.
Los síntomas de un cólico abdominal común difieren en función de cada cuerpo humano, pero hay que estar atento si se expulsan muchos más gases de lo normal —según el Instituto de Diabetes y Enfermedades de Riñón y Digestivas de Estados Unidos, lo normal es expulsar gases entre 13 y 21 veces al día—, si se siente una distensión abdominal fuerte (sensación de estar lleno o hinchado) o directamente, algún tipo de dolor o malestar en el abdomen, que suele ocurrir cuando el gas no se mueve de forma normal a través de los intestinos.
¿Qué provoca un cólico de gases?
Es importante entender que al tracto digestivo entra aire de forma habitual, algo que ocurre también cuando las bacterias del intestino grueso descomponen algunos alimentos sin digerir. En caso de que se trague más aire de lo habitual o se coman algunos alimentos concretos, este aire puede ser mayor del normal, y si no se mueve con normalidad puede generar un cólico.
Un ser humano traga más aire de lo habitual al masticar chicle o comer caramelos, al beber refrescos con gas, al comer o beber muy rápido, al fumar o cuando se tiene una dentadura postiza floja.
Para evitar la acumulación de gases es vital evitar o reducir el consumo de productos que puedan provocarlo, además de mantener cierta actividad física para evitar el estreñimiento; sin embargo, si se sufre de este tipo de cólicos es conveniente pasar por el médico, para saber si se trata de un síntoma de alguna enfermedad, como alguna intolerancia alimentaria, síndrome de intestino irritable o la enfermedad de Crohn.
Se llama cólico biliar al dolor que se genera cuando la vesícula biliar se distiende debido a la presencia de cálculos (piedras) que obstruyen el conducto cístico. Este dolor suele ser intenso pero intermitente. Para revertir el cuadro se apela a una laparoscopía que permite extirpar la vesícula biliar o a una litotricia extracorpórea por ondas de choque que disuelve los cálculos.
Los cálculos biliares son depósitos endurecidos de fluido digestivo que se pueden formar en la vesícula biliar. La vesícula es un órgano pequeño, con forma de pera, ubicado en la zona derecha del abdomen, justo debajo del hígado. La vesícula biliar contiene fluido digestivo llamado bilis, que se libera al intestino delgado. Los cálculos biliares tienen tamaños que oscilan entre pequeños, como granos de arena, hasta grandes, como pelotas de golf. Algunas personas desarrollan solamente un cálculo biliar, mientras otras desarrollan muchos cálculos biliares al mismo tiempo. Quienes tienen síntomas con los cálculos biliares, por lo general, requiere que le extraigan la vesícula biliar con cirugía. Los cálculos biliares que no causan signos ni síntomas, por lo general, no necesitan tratamiento.
Los cálculos biliares pueden no causar signos o síntomas. En caso de que un cálculo biliar se aloje en un conducto y provoque un bloqueo, los signos y síntomas resultantes pueden incluir los siguientes:
- Dolor repentino y que se intensifica rápidamente en la parte derecha superior del abdomen.
- Dolor repentino y que se intensifica rápidamente en la parte central del abdomen, justo debajo del esternón.
- Dolor de espalda justo entre las escápulas.
- Dolor en el hombro derecho.
- Náuseas o vómitos.
Cuándo debes consultar con un médico: (Busca atención inmediata si manifiestas signos o síntomas de complicaciones graves por cálculos biliares, como los siguientes)
- Dolor abdominal tan intenso que no puedes sentarte en posición derecha o encontrar una posición cómoda.
- Color amarillento de la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia).
- Fiebre alta con escalofríos.
Los médicos creen que los cálculos biliares se pueden originar cuando ocurre lo siguiente:
- La bilis contiene demasiado colesterol. Por lo general, la bilis contiene sustancias químicas suficientes como para disolver el colesterol que segrega el hígado. Sin embargo, si el hígado segrega más colesterol del que la bilis puede disolver, el colesterol excedente se puede transformar en cristales y tarde o temprano en piedras.
- La bilis contiene demasiada bilirrubina. La bilirrubina es una sustancia química que se produce cuando el cuerpo destruye los glóbulos rojos. Algunas enfermedades pueden hacer que el hígado segregue demasiada bilirrubina, como la cirrosis hepática, infecciones de las vías biliares y determinados trastornos de la sangre. El exceso de bilirrubina contribuye a la formación de cálculos biliares.
- La vesícula biliar no se vacía de manera correcta. Si la vesícula biliar no se vacía por completo o lo suficiente, la bilis se puede concentrar demasiado, y esto contribuye a la formación de cálculos biliares.
Los tipos de cálculos biliares que se pueden formar en la vesícula biliar comprenden los siguientes:
- Cálculos biliares de colesterol. El tipo más frecuente de cálculo biliar, llamado «cálculo biliar de colesterol», aparece generalmente de color amarillo. Estos cálculos biliares están compuestos principalmente por colesterol no disuelto, pero pueden contener otros componentes.
- Cálculos biliares de pigmento. Estas piedras de color marrón oscuro o negro se forman cuando la bilis contiene demasiada bilirrubina.
Factores que pueden favorecer el riesgo de padecer cálculos biliares:
- Tener 40 años o más.
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Ser sedentario.
- Estar embarazada.
- Seguir una dieta con un alto contenido de grasas.
- Seguir una dieta con un alto contenido de colesterol.
- Seguir una dieta con un bajo contenido de fibras.
- Tener antecedentes familiares de cálculos biliares.
- Tener diabetes.
- Tener ciertos trastornos sanguíneos, como anemia drepanocítica o leucemia.
- Perder peso muy rápido.
- Tomar medicamentos que contengan estrógeno, como anticonceptivos orales o medicamentos de terapia hormonal.
- Tener enfermedad hepática.
Las complicaciones de los cálculos biliares pueden incluir:
- Inflamación de la vesícula. Un cálculo biliar que se aloja en el cuello de la vesícula puede causar inflamación de la vesícula (colecistitis). La colecistitis puede causar dolor intenso y fiebre.
- Obstrucción del conducto colédoco. Los cálculos biliares pueden obstruir los tubos (conductos) a través de los cuales la bilis fluye desde la vesícula o hígado hasta el intestino delgado. Se puede presentar dolor intenso, ictericia e infección de las vías biliares.
- Obstrucción del conducto pancreático. El conducto pancreático es un tubo que sale del páncreas y se conecta al conducto colédoco justo antes de entrar al duodeno. Los jugos pancreáticos, que ayudan en la digestión, fluyen por el conducto pancreático.
Un cálculo biliar puede causar una obstrucción en el conducto pancreático, que puede conducir a la inflamación del páncreas (pancreatitis). La pancreatitis causa dolor abdominal intenso y constante, y por lo general requiere hospitalización.
Cáncer de vesícula. Las personas con antecedentes de cálculos biliares tienen mayor riesgo de padecer cáncer de vesícula. Pero el cáncer de vesícula es muy excepcional así que, aunque el riesgo de cáncer es elevado, la probabilidad de cáncer de vesícula sigue siendo muy baja.
Reduce los calculos biliares:
- No te saltees comidas. Intenta atenerte a tus horarios de comidas a diario. Saltarse comidas o ayunar puede aumentar el riesgo de cálculos biliares.
- Baja de peso paulatinamente. Si necesitas perder peso, hazlo en forma gradual. La pérdida de peso rápida puede aumentar el riesgo de cálculos biliares.
- Come más alimentos ricos en fibra. Incluye más alimentos ricos en fibra en su dieta, como frutas, verduras y cereales integrales.
El cólico nefrítico es una entidad clínica muy dolorosa, secundaria a un proceso obstructivo de la vía urinaria, por los denominados cálculos o litiasis renales. El cólico nefrítico es la manifestación más frecuente del cálculo renal, y se considera una urgencia urológica.
¿Cuáles son las causas del cólico nefrítico?
Las causas del cólico nefrítico son las litiasis urinarias. Estas litiasis o cálculos pueden estar constituidos por diferentes compuestos, que son capaces de agregarse y precipitar en la pelvis renal, favoreciendo junto con otros factores, la formación de la piedra y desarrollo del cólico nefrítico.
Tipos de piedras en el cólico nefrítico
Piedras de oxalato de calcio, siendo este tipo de litiasis las más abundantes, secundarias a los excesos de oxalatos junto con niveles de calcio en algunas ocasiones elevados, sobre todo en quienes toman calcio como complemento nutricional.
Piedras de oxalato de calcio, siendo este tipo de litiasis las más abundantes, secundarias a los excesos de oxalatos junto con niveles de calcio en algunas ocasiones elevados, sobre todo en quienes toman calcio como complemento nutricional.
Piedras de oxalato de calcio y fosfato, es posible encontrar que las piedras de oxalato de calcio se combinan con el fosfato formando agregados mixtos.
Piedras de ácido úrico, este tipo de cálculo se forma en pacientes que mantiene en el tiempo niveles de ácido úrico por encima de los niveles normales (>7 mg/dl), esto sucede en personas predispuestas que ingieren importantes cantidades de alimentos con ácido úrico.
Piedras de estruvina, Este tipo de piedras renales son difíciles de ver, ya que se dan en personas que sufren de forma repetida de ciertas infecciones que conducen a la formación de estas piedras que se componen principalmente de magnesio, fosfato y amonio.
Por último, mencionar las piedras de cistina, las más raras de todas, las encontraremos en personas que sufren de cistinuria debido a una alteración genético, que da como resultado el incremento de sus niveles en orina, facilitando la precipitación con la formación de los cálculos de cistina.
En muchas ocasiones, en cerca del 70% de los casos, los cálculos que producen el cólico se expulsan de forma espontánea. De forma que el tratamiento se centra en el alivio sintomático, por medio de la toma de analgésico-antiinflamatorios. Si existen náuseas o vómitos antieméticos si fuese necesario. Solo en el caso en que no se pueda eliminar la piedra de forma espontánea (suele ser cuando los cálculos tienen unas dimensiones superiores a los 7-10 mm) será necesaria la intervención.
La mejor forma de tratar los cólicos es por medio de la prevención. Una serie de medidas sencillas son capaces de mantener a raya los factores que conducirán a la formación de los cálculos renales:
- Lo primero de todo es consumir la suficiente agua, siendo lo normal el consumo de 2l/día de agua. Esto es fundamental para el control de la densidad de la orina.
- Dieta bajas en calorías o hipocalóricas, la dieta debe ajustarse a las necesidades de organismo de forma que no debemos caer en los excesos.
- Reducir el consumo de proteínas, las proteínas acidifican el medio y pueden alterar la composición de la orina favoreciendo la formación de cálculos.
- Consumo apropiado de sal, de la misma forma que el resto de productos, los excesos favorece el precipitado y formación de los cálculos.
- Reducir el consumo de azúcares e hidratos de carbono refinados, igual que las carnes acidifican el medio favoreciendo el precipitado de sales de calcio. Es importante entender que nuestra sangre debe mantener el justo equilibrio electroquímico.
- No excederse con las verduras y hortalizas, el suplir el consumo de productos animales con un exceso de productos vegetales, también favorece la formación de piedras en el riñón, debido a que estas dietas hipercalóricas ricas en verduras tiene altos contenidos en oxalatos.
- Los cítricos deben consumirse de forma completa y no solo sus zumos, ya que estos pueden favorecer la formación de piedras en personas predispuestas.
- El ejercicio físico incrementa la función renal si es acompañado con la ingesta apropiada de agua.
- Toma de infusiones: vara de oro, cola de caballo, abedul… son plantas con propiedades medicinales que favorecen la eliminación y reducen la formación de las litiasis renales, siempre teniendo en cuenta que es fundamental el consumo apropiado de agua.
Es importante un buen asesoramiento por parte de un profesional para realizar un plan apropiado a cada individuo.
El cólico del lactante, por último, es un trastorno de origen incierto que suelen experimentar los bebés. Se trata de una situación muy habitual en los bebés durante sus primeros meses de vida. No existe una prueba científica clara del porqué se producen aunque hay distintas teorías. Así, están las que establecen que se producen esos cólicos debido a la cantidad de aire que toma el bebé al alimentarse del biberón o del pecho de la madre y también se hallan las teorías que apuestan porque es una situación producida por la falta de madurez del sistema digestivo del bebé.
Los síntomas que indican que un pequeño está teniendo esos cólicos son llantos intensos y bruscos, se pone muy rojo, mueve las piernas con mucha intensidad, aprieta los puños de forma fuerte, tiene el abdomen tenso… Hacer uso de biberones anti cólicos, darle una toma cuando presenta los mencionados síntomas o incluso masajes en la zona del abdomen del pequeño son algunas de las medidas que se deben y pueden usar contra los llamados cólicos del lactante. Es más, también se puede optar por colocar al bebé boca abajo sobre uno de los brazos de sus padres.
No obstante, siempre lo recomendable es consultarle al pediatra para que él pueda dar las pautas correctas en ese sentido.
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